«Dijo
Jesús a la gente:
—Os
aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque
el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los
días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino
de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley
han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con
tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»
(Mateo
11, 11-15)
Abre mis oídos, Señor, para que escuche. Abre mi corazón
para que quiera admitirlo. Que la violencia contra el Reino no me arrastre; que
no sea yo nunca quien ejerce esa violencia.
Abre mis oídos, Señor, para que te escuche. Abre mi corazón
para que quiera admitirte. Que reines en mi vida y que yo sea tu colaborador en
la construcción del reino sin dejarme vencer por las dificultades.
¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!
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