Lc. 16,19-31
"Si no escuchan a Moisés y a los Profetas,
no se convencerán ni aunque resucite un muerto".
"Si no escuchan a Moisés y a los Profetas,
no se convencerán ni aunque resucite un muerto".
Ni aunque resucite un muerto vamos a creer. Las pruebas empíricas no serían
suficientes ante la falta de fe. La fe nace y crece en el contacto personal con
el Dios de la promesa. Sólo ese contacto alimenta la fe y se convierte para
cada uno en prueba irrefutable.
¿Cómo va tu amistad con Dios? ¿Lo tratas a menudo?
La Cuaresma es tiempo para volver a Él, para hacerle mayor espacio en
nuestra vida.
Y esa intimidad con Él nos empujará a reconocerlo en los Lázaros
de nuestro tiempo, en los pobres y en cuantos sufren la injusticia.
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