Fiesta de MARÍA AUXILIADORA
patrona de la familia
salesiana,
dedicada a los jóvenes.
En una de sus escuelas
yo me enamoré de la tarea de educar (1989-2000).
44. «Siempre llama la atención
la fuerza del “sí” de María joven. La fuerza de ese “hágase” que le dijo al
ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada. Fue algo
distinto a un “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar a ver qué pasa. María no
conocía esa expresión: vamos a ver qué pasa. Era decidida, supo de qué se
trataba y dijo “sí”, sin vueltas. Fue algo más, fue algo distinto. Fue el “sí”
de quien quiere comprometerse y el que quiere arriesgar, de quien quiere
apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de
una promesa. Y yo pregunto a cada uno de ustedes. ¿Se sienten portadores de una
promesa? ¿Qué promesa tengo en el corazón para llevar adelante? María tendría,
sin dudas, una misión difícil, pero las dificultades no eran una razón para
decir “no”. Seguro que tendría complicaciones, pero no serían las mismas
complicaciones que se producen cuando la cobardía nos paraliza por no tener
todo claro o asegurado de antemano. ¡María no compró un seguro de vida! ¡María
se la jugó y por eso es fuerte, por eso es una influencer, es la influencer de
Dios! El “sí” y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las
dificultades».
48. Aquella muchacha
hoy es la Madre que vela por los hijos, estos hijos que caminamos por la vida
muchas veces cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la esperanza
no se apague. Eso es lo que queremos: que la luz de la esperanza no se apague.
Nuestra Madre mira a este pueblo peregrino, pueblo de jóvenes querido por ella,
que la busca haciendo silencio en el corazón aunque en el camino haya mucho
ruido, conversaciones y distracciones. Pero ante los ojos de la Madre sólo cabe
el silencio esperanzado. Y así María ilumina de nuevo nuestra juventud.
(Papa
Francisco. Christus vivit.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario