martes, 19 de julio de 2011

Undécimo día.





Diriamba, martes, 19 de julio de 2011.

Os lo dije ayer. Hoy es un día especial en Nicaragua. Es el día de la revolución. Un 19 de julio, el de 1979, las tropas del Frente Sandinista de Liberación Nacional entraban en la ciudad de Managua, expulsando a la familia Somoza que, durante 43 años, había gobernado este país.

El Frente Sandinista había sido fundado en 1961, inspirándose en las ideas de Sandino, líder de los años veinte, de ideas comunistas o anarcosindicalistas que, sin embargo, nunca se identificaron con la Tercera Internacional liderada por Lenin y Stalin. Sandino defendía un comunismo libertario o comunismo racionalista.

Desde sus inicios, el Frente fue un grupo armado que, mediante la táctica de guerrilla, intentó derrocar a los Somoza. Cuando lo consiguió, comenzó a gobernar y a aplicar la doctrina socialista, por ejemplo, con expropiaciones de tierras. Los EE.UU. financiaron, entonces, una contra que situó al país en una auténtica guerra civil. Era la época de Ronald Reagan.

El Frente Sandinista y su líder, Daniel Ortega, gobernaron hasta 1990, en que se sometieron a un proceso democrático de elecciones y perdieron. Recuperaron el poder dieciséis años después, en 2006, y desde entonces vuelven a gobernar.

La fiesta de hoy no es la fiesta nacional de Nicaragua (otro día os hablaré de ella), pero lo parece. Se da una identificación del partido (el Frente Sandinista) con el país. Hoy se ven banderas sandinistas por todas partes. Hoy casi todo el mundo lleva camisetas del Frente, como las de las fotos, que llevan Claudia y Omar. El Frente Sandinista es Nicaragua y Nicaragua es el Frente Sandinista. (Si lo pensáis bien, esta identificación de una opción política con el país o la nación no nos resulta tan extraña, por muy democráticas que sean nuestra España o nuestra Cataluña).

El gobierno dispone hoy autobuses y desde todas las partes del país (incluso, desde la zona del Caribe, que está casi aislada del resto por la selva) llegan a Managua. Hoy se celebra un gran acto en la capital, en la Plaza de la Fe, donde una inmensa cantidad de gente celebra el trigésimo segundo aniversario de la revolución. Hoy hay revolución en todos los lados. Por supuesto, en las cadenas de televisión controladas por el gobierno. Al menos cinco canales de televisión retransmitían el acto en directo y los canales por cable han perdido la señal durante esas horas.

Ha sido un acto que ha comenzado con una Misa de acción de gracias. Después canciones revolucionarias y el discurso de Daniel Ortega, líder del FSLN y presidente del país. Ha repetido la necesidad de dar gracias a Dios. Como ya comenté en alguna crónica anterior, aquí socialismo y cristianismo van unidos. No en vano, Nicaragua fue una de las cunas de la teología de la liberación. Los de mi generación, recordamos la corrección pública que el papa Juan Pablo II hizo, en su visita a Nicaragua en 1983, al sacerdote Ernesto Cardenal, entonces ministro de cultura y miembro del Frente Sandinista (que luego abandonaría por divergencias con Ortega).


Ha sido un discurso (que yo he seguido por televisión) cargado de retórica contra el imperialismo de los EE.UU. y de España (¿dónde queda ya el imperialismo de España?, me pregunto yo). Un discurso en el que, por ejemplo, se ha criticado los bombardeos sobre Libia citando, como argumento de autoridad, al papa Benedicto XVI.

Hoy se ha echado de menos a Chaves, el presidente de Venezuela, que otros años participaba en esta gran fiesta, pero que esta vez está ausente, pues se está recuperando en Cuba de su cáncer. Hoy se ha recordado a Nelson Mandela y se ha saludado a Rigoberta Menchú, entre otros.

La verdad es que la gente vibra con la revolución y con el Frente. No se puede negar. Es cierto que la libertad no es total. Como digo, la propaganda (esta vez sí, Cañadillas, esta vez lo digo bien, ¿verdad?) es casi exclusivamente gubernamental. No parece que haya otras opciones en este país, que en noviembre celebrará elecciones. No se ven.

La gente vibra, sí. Pero la libertad no es total. Las razones para ponerse la camiseta o participar en los actos no siempre son de voluntad. Por ejemplo: quienes hacen un curso de bachillerato para adultos pagado por el gobierno, están casi obligados a asistir, a hacerse visibles; quienes participan en las mesas electorales, también; etc.

Hasta la meteorología se ha aliado con la revolución: hoy ha sido el primer día, de los once que llevo en Nicaragua, que no ha llovido y los actos en Managua se han celebrado a pleno sol. Es la canícula, el veranillo que va del 15 de julio al 15 de agosto y que suele suponer un paréntesis en la época de lluvias. Veremos si se cumple…

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