Un año más llegó el carnaval y en
mi cabeza resuena Celia Cruz cantando “la vida es un carnaval”. Un mensaje
precioso si por ello entendemos saber vivir desde la alegría, brindando una
sonrisa aun en los momentos más duros de la vida; pero un mensaje rechazable si
con ello aludimos al disfraz y la simulación.
No hagas de tu vida un carnaval,
no vivas disfrazado queriendo ser quien no eres, aparentando lo que no responde
a tu realidad. Sé tú mismo. Pero no nos confundamos. Eso no quiere decir
saltarse todas las normas, porque sí, ni siquiera los convencionalismos, que
nos permiten convivir con una cierta comodidad.
Ser uno mismo significa, sobre
todo, conducir la propia vida, tomar las propias decisiones escuchando a los
demás, pero sin dejarse manipular, sin sentirse obligado a hacer lo que hace la
mayoría, lo que está bien visto.
Coge las riendas de tu vida y
dirígela. Sé tú mismo: no vivas disfrazado.
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