Lc. 18,9-14
"El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido".
Jesús responde a algunos que “teniéndose
por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás”.
La parábola del fariseo y el publicano es tan potente que nunca me he
sentido identificado con el primero. Yo no soy como ese fariseo. Y, sin
embargo, quizá es así que me comporto como él…
Quizá en ocasiones me siento seguro de mí mismo y me tengo por justo, como el fariseo. Como
el publicano, tengo que tomar conciencia de mi pequeñez y de mi fragilidad.
Sólo así descubriré que mi fuerza y mi poder es el Señor. Nada puedo hacer por
mí mismo si Él no me da su fuerza.
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