domingo, 24 de julio de 2011

Decimosexto día.



(Consejo: haz que el vídeo se vaya cargando mientras lees mi crónica).

Diriamba, domingo 24 de julio de 2011.

No llovió hoy (tercer día sin lluvia en estos dieciséis). Quise asistir a Misa a una parroquia diferente de la del domingo pasado. Y fue diferente. Era la parroquia de San Caralampio, un santo cuyas heroicas virtudes no conozco, pero cuya canonización doy por merecida por haber soportado vivir con ese nombre. Fuera de bromas, hallo en internet que fue un sacerdote martirizado en tiempos del emperador Severo (193-211), por negarse a ofrecer sacrificios a los ídolos.

La parroquia era, ciertamente, más humilde que la basílica de San Sebastián, a la que acudí el domingo pasado. Más humilde la gente, más humilde la coral y la celebración en sí misma. Una iglesia pequeña, en la que se celebra con todas las puertas y ventanas abiertas, para evitar el calor. Al momento de la proclamación del evangelio fue imposible seguir la lectura, por más que el sacerdote gritaba, y gritaba, y se desgañitaba… Afuera, cohetes (que parecían trabucazos), y caballos, y música, y tambores, y hasta las mismas campanas de San Caralampio sonaron (¿no hubiera sido mejor interrumpir la lectura durante ese momento?)

Y es que hoy fue el día del tope de santos. Aquí, en el distrito de Carazo, tres veces al año, tiene lugar una celebración en la que se encuentran (se topan) los santos patrones de las tres localidades más importantes: Santiago (patrón de Jinotepe), San Marcos (de la localidad homónima) y San Sebastián (de Diriamba). Este tope de santos se celebra en enero (alrededor de la fiesta de San Sebastián), en abril (alrededor de la fiesta de San Marcos) y en julio (mañana es la fiesta de Santiago, patrón de España), y cada vez se hace en una localidad distinta.

La celebración de julio corresponde a Diriamba y se celebra en la pequeña localidad de Dolores (el pueblecito más pequeño de toda Nicaragua, a medio camino entre Diriamba y Jinotepe). La casa de mi hermano se halla a la salida de Diriamba en dirección a Jinotepe. Hoy he visto pequeños ríos de gente que se trasladaban a pie hacia Dolores, y en carros tirados por animales, y en moto-taxis, y en triciclos (similares a las moto-taxis, pero sin motor)… San Sebastián es trasladado desde Diriamba a Dolores con música, tambores, cohetes y repique de campanas (los que nos interrumpieron hoy la Misa). Le acompañan bailes tradicionales, como el Güegüence o Macho Ratón (baile que podéis ver en el vídeo).

El Güegüence es una obra de teatro que cada año se representa en las calles de Diriamba, entre el 17 y el 27 de enero, cuando se celebran las fiestas patronales de San Sebastián. Se trata de un texto escrito en castellano vulgar y en lengua náhuatl, una cultura del México precolombino que se extendió por casi toda Centroamérica. Aunque no se sabe con exactitud, se cree que el Güegüence data del siglo XVI. Tiene un valor literario, lingüístico, folklórico e histórico, pues en esta historia se refleja una protesta (tal vez, la primera puesta por escrito) de los americanos frente a la conquista española. Como podéis ver en el vídeo, es un espectáculo de gran colorido, debido a sus máscaras y trajes, a su música y bailes. (Aunque os recuerdo que hoy no se ha representado íntegramente).

Por lo demás, un día tranquilo y soleado en el que ahora, llegada ya la noche, casi por primera vez, puedo ver el cielo estrellado desde estas latitudes.

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