Hoy quise mirar el mundo
como si hubiera de morirme,
como si, en vez de benigno,
el médico hubiera declarado mi tumor
mortal de necesidad.
Y vi la tarde con ojos de melancolía
instalada en mi corazón
y en la boca del estómago.
No me molestó el pequeño
que, jugando en el vagón del metro,
me impedía la lectura
y le sonreí en la escalera
cuando me enseñó la lengua.
Afuera, me pareció la tarde
hermosa como nunca;
el aroma de la brisa,
la misma brisa,
me resultó agradablemente novedoso.
Envidié al anciano
que en un banco del parque
miraba el caminar de las gentes
desde el final de su largo trayecto.
La carpa azul y blanca
levantó mi mirada a menudo cabizbaja,
¿por qué me perderé esos colores,
esa etérea inmensidad
que al tiempo empequeñece y me levanta?
Hoy gocé de esos rayos de sol
que en estas tardes de mayo
se asoman hasta las entrañas de la noche.
Reconocí la presencia de perros y de árboles
como vida en sí misma hermosa y respetable;
el volar de las palomas,
que a menudo me asquea,
me pareció acompasado y con sentido.
Junto al instituto,
atisbé el amor en los ojos
de apasionadas parejas
que deben el vigor
a sus pocos años y menos desencantos.
Un helado me pareció un manjar
y mi vecino más simpático que nunca.
Ahora, ya en casa,
al ordenar la nostalgia de esta tarde
en estos pobres versos sin rima ni cartón
me pregunto
por qué no miraré así el mundo cada día
si es bien cierto que un día he de morir.
2 comentarios:
No som conscients del que tenim, no valorem el que ens envolta, sempre volem allò que no tenim...i ens provoca engoixa, ràbia i infelicitat. Parem un moment, silenci, busquem dins nostre, mirem amb ulls ben oberts , alliberem el nostre cor de falses creences. Siguem receptors, escoltem, compartim, estimem. Gràcies Ari per les teves reflexions.
Hola Lluis,
espero que estiguis millor,...i si és cert que les presses se'n mengen i no som capaços de mantenir els ulls ben oberts i agrair tot el que se'ns dona i ser compasius amb els altres.
Petons,
Mercè
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