Aquesta setmana celebrarem la Diada escolar de la no violència i la pau. Es
celebra arreu del món a totes les escoles de l’hemisferi nord (a l’hemisferi
sud, ara estan a les vacances d’estiu). Es celebra el 30 de gener perquè és la
data en què va morir assassinat Gandhi, un dels grans pacifistes del segle XX.
És curiós com sovint aquells que defensen la pau i la viuen acaben sent
víctimes de la violència. Gandhi n’és un exemple. Martin Luter King un altre.
El mateix Jesús...
Els governs tenen una gran responsabilitat. Però també nosaltres. És una hipocresia anar a les manifestacions per la pau i contra la guerra i no ser capaços de viure a la nostra vida quotidiana amb actituds pacífiques i pacificadores. Sovint, em crida l’atenció la “mala sort” que tenen alguns joves trobant-se cada nit de cap de setmana al mig d’una baralla que (evidentment!) mai no és culpa d’ells. Em sorprèn que alguns siguin maldestres en l’art de conviure i practiquin l’insult, de vegades amagant-se sota l’anonimat. Em sorprèn que no siguem capaços de fer servir la paraula per solucionar els nostres conflictes de cada dia sense recórrer a la violència.
La pau és cosa de tots i de cada dia. No podem demanar als governs allò que no vivim quotidianament.
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Esta semana celebraremos la Jornada escolar de la no
violencia y la paz. Se celebra en todo el mundo, en todas las escuelas del
hemisferio norte (en el hemisferio sur ahora están de vacaciones de verano). Se
celebra el 30 de enero porque es la fecha en la que murió asesinado Gandhi, uno
de los grandes pacifistas del siglo XX. es curioso que, a menudo, quienes
defienden la paz y la viven acaban siendo víctimas de la violencia. Gandhi es
un ejemplo. Martin Luter King, otro. El mismo Jesús…
La paz es, en primer lugar, la ausencia de guerra y de
violencia. es evidente que en el mundo no hay paz. Pero la erradicación de la
violencia no puede ser una acción aislada, sino que tiene que ir acompañada de
la potenciación de otros valores. La libertad y la justicia son dos ejemplos.
Si en un país no hay libertad, no hay paz. Aparentemente, los países que viven
bajo una dictadura son muy pacíficos, pero a cambio de violentar la conciencia
de muchos, a cambio de encarcelar o amordazar a quienes piensan diferente.
Igualmente, aunque fuéramos capaces de detener todas las guerras del mundo, un
mundo sin justicia sería un mundo sin paz.
Los gobiernos tienen una gran responsabilidad. Pero
también nosotros. Es una hipocresía ir a las manifestaciones por la paz y
contra la guerra y no ser capacer de vivir en nuestra vida cotidiana con
actitudes pacíficas y pacificadoras. A menudo, me llama la atención la “mala
suerte” que tienen algunos jóvenes encontrándose cada noche de fin de semana en
medio de una pelea que (¡por supuesto!) nunca es culpa suya. Me sorprende que
algunos sean torpes en el arte de convivir y practiquen el insulto, a veces
escondiéndose bajo el anonimato. Me sorprende que no seamos capaces de utilizar
la palabra para solucionar nuestros conflictos de cada día sin recurrir a la
violencia.
La paz es cosa de todos y de cada día. No podemos pedir a
los gobiernos aquello que no vivimos cotidianamente.
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