Hay salida
103. [...] Exhorto a las comunidades a realizar con
respeto y con seriedad un examen de su propia realidad juvenil más cercana,
para poder discernir los caminos pastorales más adecuados. Pero no quiero
terminar este capítulo sin dirigir algunas palabras a cada uno.
104. Te recuerdo la buena noticia que nos regaló
la mañana de la Resurrección: que en todas las situaciones oscuras o dolorosas
que mencionamos hay salida. Por ejemplo, es verdad que el mundo digital
puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer
vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son
creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable Carlos Acutis.
NOTA ACLARATORIA:
Carlo Acuti fue un adolescente que en 2006
falleció a causa de leucemia. Aunque sólo tenía 15 años, murió con fama de
santidad y el papa Francisco lo declaró venerable (uno de los pasos previos a
la canonización). Le gustaba mucho la informática y tenía conocimientos de
ella. Era muy activo en las redes sociales donde exponía su fe. Por eso, las
palabras del Papa.
105. Él sabía muy bien que esos mecanismos de la
comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados
para volvernos seres adormecidos, dependientes del consumo y de las novedades [...] Pero él fue capaz de usar las nuevas técnicas de comunicación para
transmitir el Evangelio, para comunicar valores y belleza.
106. No cayó en la trampa. Veía que muchos jóvenes,
aunque parecen distintos, en realidad terminan siendo más de lo mismo,
corriendo detrás de lo que les imponen los poderosos a través de los mecanismos
de consumo y atontamiento. De ese modo, no dejan brotar los dones que el Señor
les ha dado, no le ofrecen a este mundo esas capacidades tan personales y
únicas que Dios ha sembrado en cada uno. Así, decía Carlos, ocurre que “todos
nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No permitas que eso
te ocurra.
107. No dejes que te roben la esperanza y la
alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses.
Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve
tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres,
si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con
confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás
plenamente tú mismo.
108. Para eso necesitas reconocer algo
fundamental: ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos
superficiales. Para que la juventud cumpla la finalidad que tiene en el
recorrido de tu vida, debe ser un tiempo de entrega generosa, de ofrenda
sincera, de sacrificios que duelen pero que nos vuelven fecundos. […]
109. Si eres joven en edad, pero te sientes débil,
cansado o desilusionado, pídele a Jesús que te renueve. Con Él no falta la
esperanza. Lo mismo puedes hacer si te sientes sumergido en los vicios, las
malas costumbres, el egoísmo o la comodidad enfermiza. Jesús, lleno de vida,
quiere ayudarte para que ser joven valga la pena. Así no privarás al mundo de
ese aporte que sólo tú puedes hacerle, siendo único e irrepetible como eres.
110. Pero [...] si estamos demasiado solos, fácilmente perdemos
el sentido de la realidad, la claridad interior, y sucumbimos». Esto vale
especialmente para los jóvenes, porque ustedes unidos tienen una fuerza
admirable. Cuando se entusiasman por una vida comunitaria, son capaces de
grandes sacrificios por los demás y por la comunidad. En cambio, el aislamiento
los debilita y los expone a los peores males de nuestro tiempo.
(Papa
Francisco. Christus vivit.)
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