El ambiente digital
86. «El ambiente digital caracteriza el mundo
contemporáneo. […] Ya no se trata solamente de “usar” instrumentos de
comunicación, sino de vivir en una cultura ampliamente digitalizada, que afecta
de modo muy profundo la noción de tiempo y de espacio, la percepción de uno
mismo, de los demás y del mundo, el modo de comunicar, de aprender, de
informarse, de entrar en relación con los demás. Una manera de acercarse a la
realidad que suele privilegiar la imagen respecto a la escucha y a la lectura […]
87. La web y las redes sociales han
creado una nueva manera de comunicarse y de vincularse […] En cualquier caso,
constituyen una extraordinaria oportunidad de diálogo, encuentro e intercambio
entre personas, así como de acceso a la información y al conocimiento. Por otro
lado, el entorno digital es un contexto de participación sociopolítica y de ciudadanía
activa, y puede facilitar la circulación de información independiente capaz de
tutelar eficazmente a las personas más vulnerables poniendo de manifiesto las
violaciones de sus derechos. En numerosos países, web y redes
sociales representan un lugar irrenunciable para llegar a los jóvenes e
implicarlos, incluso en iniciativas y actividades pastorales».
88. Pero para comprender este fenómeno en su
totalidad hay que reconocer que, como toda realidad humana, está atravesado por
límites y carencias. No es sano confundir la comunicación con el mero contacto
virtual. De hecho, «el ambiente digital también es un territorio de soledad,
manipulación, explotación y violencia […] Los medios de comunicación digitales
pueden exponer al riesgo de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida
de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de
relaciones interpersonales auténticas. […]
89. No se debería olvidar que «en el mundo
digital están en juego ingentes intereses económicos, capaces de realizar
formas de control tan sutiles como invasivas, creando mecanismos de
manipulación de las conciencias y del proceso democrático. […] facilitan la
difusión de informaciones y noticias falsas, fomentando prejuicios y odios. La
proliferación de las fake news es expresión de una cultura que ha
perdido el sentido de la verdad y somete los hechos a intereses particulares.
La reputación de las personas está en peligro mediante juicios sumarios en
línea. El fenómeno afecta también a la Iglesia y a sus pastores».
90. En un documento que prepararon 300 jóvenes de
todo el mundo antes del Sínodo, ellos indicaron que «las relaciones online
pueden volverse inhumanas. Los espacios digitales nos ciegan a la
vulnerabilidad del otro y obstaculizan la reflexión personal. Problemas como la
pornografía distorsionan la percepción que el joven tiene de la sexualidad
humana. La tecnología usada de esta forma, crea una realidad paralela ilusoria
que ignora la dignidad humana».
[…] La vida nueva y desbordante de los jóvenes, que empuja y busca autoafirmar
la propia personalidad, se enfrenta hoy a un desafío nuevo: interactuar con un
mundo real y virtual en el que se adentran solos como en un continente global
desconocido. Los jóvenes de hoy son los primeros en hacer esta síntesis entre
lo personal, lo propio de cada cultura, y lo global. Pero esto requiere que
logren pasar del contacto virtual a una buena y sana comunicación.
(Papa
Francisco. Christus vivit.)
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