El Espíritu da vida
130. En estas tres verdades –Dios te ama, Cristo es tu salvador, Él vive– aparece el
Padre Dios y aparece Jesús. Donde están el Padre y Jesucristo, también está el
Espíritu Santo. Es Él quien está detrás, es Él quien prepara y abre los
corazones para que reciban ese anuncio, es Él quien mantiene viva esa
experiencia de salvación, es Él quien te ayudará a crecer en esa alegría si lo
dejas actuar. El Espíritu Santo llena el corazón de Cristo resucitado y desde
allí se derrama en tu vida como un manantial. Y cuando lo recibes, el Espíritu
Santo te hace entrar cada vez más en el corazón de Cristo para que te llenes
siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza.
131. Invoca cada día al Espíritu Santo, para que renueve constantemente en ti la
experiencia del gran anuncio. ¿Por qué no? No te pierdes nada y Él puede
cambiar tu vida, puede iluminarla y darle un rumbo mejor. No te mutila, no te
quita nada, sino que te ayuda a encontrar lo que necesitas de la mejor manera.
¿Necesitas amor? No lo encontrarás en el desenfreno, usando a los demás,
poseyendo a otros o dominándolos. Lo hallarás de una manera que verdaderamente
te hará feliz ¿Buscas intensidad? No la vivirás acumulando objetos, gastando
dinero, corriendo desesperado detrás de cosas de este mundo. Llegará de una
forma mucho más bella y satisfactoria si te dejas impulsar por el Espíritu
Santo.
132. ¿Buscas pasión? Como dice ese bello poema: ¡Enamórate! (o déjate enamorar),
porque «nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de
Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu
imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué
es lo que te saca de la cama en la mañana, qué haces con tus atardeceres, en
qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu
corazón y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en
el amor! Todo será de otra manera».[70] Este
amor a Dios que toma con pasión toda la vida es posible gracias al Espíritu
Santo, porque «el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el
Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Rm 5,5).
133. Él es el manantial de la mejor juventud. Porque el que confía en el Señor «es
como un árbol plantado al borde de las aguas, que echa sus raíces en la
corriente. No temerá cuando llegue el calor y su follaje estará frondoso»
(Jr 17,8). Mientras «los jóvenes se cansan y se fatigan»
(Is 40,30), a los que esperan confiados en el Señor «Él les renovará las
fuerzas, subirán con alas de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse»
(Is 40,31).
(Papa Francisco. Christus vivit.)
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Durante esta Pascua de 2019 he querido
acompañaros con fragmentos de la exhortación apostólica Christus Vivit que el Papa Francisco ha publicado después del
llamado Sínodo de los jóvenes. A
menudo, los documentos papales se quedan en el limbo del desconocimiento. Yo lo
he parcelado en pequeñas dosis para que fuera más asequible. Espero haber
contribuido a acercaros un poco al pensamiento del Papa actual.
En estos envíos ha habido síntesis y
omisiones, que respondían tan solo a mi criterio personal, para que los textos no
fueran excesivamente largos ni pesados en exceso. No siempre lo habré
conseguido.
A pesar de ello, si tienes ganas de
releer el documento completo, puedes hallarlo gratuitamente en:
Y ahora sí, ya te dejo en paz una buena
temporada.
Abrazos.
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