lunes, 1 de agosto de 2011

Vigésimo cuarto día.




Diriamba, lunes, 1 de agosto de 2011.

Esto ya huele a despedida… El doctor Cupertino me ha regalado un pequeño souvenir del mirador de Catarina. Todo un detalle.

Día de lluvia abundante por la mañana. Por la tarde, hizo calor, de ese calor pesado que anuncia lluvia. Hace un ratito volvió a caer un buen chaparrón. Duró poco tiempo, pero fue muy intenso…

Sólo quiero hoy comentar algunas curiosidades que aún no cité. Por ejemplo, que aquí a los refrescos (como la Fanta) los llaman gaseosa. Y, además de los sabores que conocemos en España (naranja, limón y cola) existe la Fanta roja, que no sé a qué sabe exactamente (no la probé), pero Quique dice que es como un jarabe.

Aquí, la mayoría de los taxis son compartidos. Es decir, tú vas en un taxi y si otra persona lo para y aún cabe, el taxi se detiene y acepta un nuevo pasajero. A mí no me pasó nunca porque hemos cogido pocos taxis y ya lo llenábamos nosotros, pero lo supe hoy al ver que un taxi llevaba en la puerta un letrero que decía: Taxi individual.



Ocurre los mismo con las moto-taxis como la de Omar. El precio lo cobran por pasajero y, si recogen tres pasajeros cobran entonces 15 euros y no cinco. (Tres pasajeros es el máximo permitido por la ley, pero he llegado a ver moto-taxis con más de 5).

Una última curiosidad: aquí he visto abundantes perros, algunos famélicos. Corretean por las calles, sin collar e imagino que sin dueño. Se pasean por el mercado, se cruzan por la carretera. La mayoría comen basura o restos allí donde los encuentran. Pero me he dado cuenta de que no he visto ni un solo gato. Ni uno. Claudia me explica que los gatos están en las casas. No salen porque se los comen los perros, me dice. Me llama la atención porque en España (al menos, en las ciudades) ya no se ven habitualmente perros callejeros y, sin embargo, siguen quedando gatos callejeros. Pero, claro, en España los perros están bien alimentados.

Nada más por hoy. Tengo ya una extraña sensación en la boca del estómago, la que me invade siempre antes de un viaje. Mañana será mi última crónica desde Diriamba. Hasta mañana…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Echaré de menos tus crónicas.
Abrazo y buen viaje. Luis

Anónimo dijo...

Cada mañana las leia con mucha ilusión.Muy descriptivas. Próximo viaje?

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